Creemos que con decir el nombre basta, y que no necesita presentación alguna. Porque, ¿quién no recuerda las cajas de lápices para el "cole", con la montaña nevada y el bambi saltarín...?
Que levante la mano el que no haya tenido alguna vez una cajita de estas... ¿nadie...?
Por supuesto. Todos los hemos utilizado. Una y otra vez, para sacar al artista que llevamos dentro.
Y ¿quien no ha suspirado por unos Alpino en "caja metálica"? Que eso ya eran palabras mayores, para pedir en navidades o para un cumpleaños, y la utilizábamos con mucho más cuidado.
Ahora tienen un catálogo muy extenso, con toda clase de lápices, rotuladores, ceras, plastilinas... ¡hasta maquillajes! pero la caja del bambi sigue siendo lo más.
Y para eso, el artista ese que llevamos dentro, tendrá ahora que afanarse para poner en marcha el Panda y que funcione todo hasta completar el viaje. ¡Esto también tiene su arte!
Y mirando en la página web de Alpino nos enteramos de cómo los Hermanos Masats hicieron los primeros lápices de colores en la cocina de su casa, aprovechando los restos de madera de la fábrica de juguetes en la que trabajaban. Eso es reciclaje, sí señor, y estamos hablando de ¡1933!
Resumiendo: muchas, muchísimas gracias a Alpino por su donativo.


